LAS VEGAS.
CRISTALES TINTADOS Y LUCES DE NEÓN.

En las Vegas hay un Elvis de pega que canta bien las canciones más tristes, una capilla que acaba de abrir y un motel con casino low cost y camareras octogenarias.

En Las Vegas puedes pasar el día entero paseando por el Strip, fingiendo ser el protagonista de alguna serie o película en el Caesars Palace o comprando vaqueros a granel en el outlet de Levi’s.

En la ciudad del pecado puedes cenar tortitas y desayunar macarrones entre luces de neón.

Eso siempre y cuando consigas salir del hotel, camuflado con cristales tintados que incluso de lejos dan calor. Siempre y cuando no te atrape la máquina tragaperras del Pony Loco y te puedas mover tras el desayuno bufet y las tortillas del chef italiano.

Nota mental para recordar a las tres de la mañana tras apostar todo al rojo: Las bodas en Las Vegas SÍ son de verdad.