MENDOCINO.
FUEGO Y VINO.
Saliendo por la Avenida de los Gigantes, el camino hacia Mendocino nos lleva por tierras de Bigfoot y curvas infinitas.
Los bosques de secuoyas se van haciendo pequeños en el retrovisor mientras aparece de nuevo la costa escarpada de California. Playas que en otra época fueron vertederos y ahora brillan con piedras de colores.
En Mendocino los cuervos hacen migas con las palomas y las ardillas se asoman para cotillear. Las torres se llenan de agua y las casas tienen vistas al mar.
Cerca de San Francisco hay una zona de verdes viñedos, donde jubilados (con hijos repartidos por todo el país) aprovechan sus años más locos. También hay unas cabañas donde todas las noches encienden el fuego. Donde todos los días se queman s’mores en compañía. Donde suenan canciones en español, mientras los gatos beben agua de la piscina.
+ chocolate Hershey