ACADIA NAT. PARK. AMANECE QUE NO ES POCO.
Al Acadia National Park se llega de faro en faro, buscando tesoros vintage. Lo mejor es despertarse temprano y desayunar fuerte para recorrer la ruta de la costa y perderse entre antigüedades escondidas en gallineros gigantes.
Dentro del parque la ruta es única y las posibilidades infinitas. Playas inmensas donde mojarse los pies, excursiones sobre acantilados de vértigo y rocas que gritan cuando golpea el mar. Lagos oscuros con mosquitos minúsculos y popovers para merendar.