PARC NATIONAL DE LA MAURICIE.

En el Parque Nacional de La Mauricie hace frío y la niebla llega hasta el suelo. Los lagos son oscuros, inmensos, preciosos y tenebrosos. Las canoas se balancean en el agua, mientras la gente hace equilibrios dignos del Circo del Sol. Las hojas se camuflan, las botas se llenan de barro y las setas crecen por los rincones.

Miradores de gran angular, rutas por tierra o por agua y excursiones hasta lo más profundo del bosque. En La Mauricie hay una carretera que atraviesa el parque de principio a fin, pero la aventura empieza al apagar el motor. 

A medio camino entre Montreal y Quebec, también hay un hotel que antes fue la casa del ministro. Donde ahora viven Jamblue, su mujer, dos gatos felices y un perro viejo. Donde las duchas en el jardín, los bares de pueblo y la sopa de cebolla.

En invierno los lagos se congelan, los campos se cubren de nieve y los osos se van a dormir.