STOWE. LA RUTA DE LAS CALORÍAS.

De Montreal a la frontera con Estados Unidos hay unos pocos kilómetros, semáforos que cuelgan del cielo y señales de alces que cruzan la calle sin mirar.

En Vermont los árboles fuman, el asfalto resbala, la hierba se congela y los moteles arden. Las granjas son de arces (con R), el sirope de otro planeta y los huevos frescos. Los perros no tienen raza –ni la necesitan- y los niños chapurrean algo de español.

En Stowe hay una carretera con curvas infinitas -y poco sol- que marca el inicio de “la ruta de las calorías”. Las tortitas más esponjosas del mundo servidas por la camarera más simpática del lugar, donuts de sidra de manzana en tiendas que –aunque llueva- merece la pena visitar y helados locales de fama mundial.

Descanse en paz el helado de brócoli-queso de Ben and Jerry’s. Benditos todos los demás.