CHICAGO.
FIRST STOP ON THE MOTHER ROAD.

Entre rascacielos de vértigo. En pleno centro, muy cerca de la señal que indica el inicio de la ruta 66, hay un local donde cada día sirven “el mejor café del mundo” y las tortitas más esponjosas. En el Lou Mitchell’s poco ha cambiado en los últimos cien años. Y aún hoy sigue siendo la primera parada de la Carretera Madre.

La mejor manera de empezar una ruta llena de contrastes, de una punta a otra del país. Porque en Chicago los atardeceres son rojos, los lagos mares y el metro elevado. La pizza tiene estilo propio, los balcones son de cristal y las palomitas de queso y caramelo. El viento es frío, los parques de diseño y las hamburguesas dobles.